Diario De Sancho Panza

Yo soy Sancho, el fiel escudero de Don Quijote,
y en este blog les cuento todas las aventuras
que pase con mi amo. Son muy interesantes.
Espero que les guste!

domingo, 12 de junio de 2011

Capitulos 36-39

Mientras todos estábamos esperando que entrara la famosa condesa, entonces empezamos a tener una discusión, mientras esperábamos, de ese tipo de gente, la condesa, de que si servían para algo en el mundo y cosas así. Cuando por fin la condesa apareció pregunto por Don Quijote y por mi. Entonces Don Quijote y yo nos pusimos frente a ella y empezó a contarnos su historia. Yo la verdad que no entendía nada, o sea porque esta condensa nos viene a buscar de la nada y nos cuenta su historia?  Pero bueno su historia era algo complicada nos contó que ella había ayudado a una princesa llamada Antonomasia hija y heredera del rey Archipiela y de la reina Maguncia de Candaya, a conseguir el amor de un caballero llamado Don Clavijo. Debido a su intención Antonomasia se había entregado a Don Clavijo y tenían intención de casarse. Pero cuando la madre de Antonomasia se entero de que su hija se había casado con un hombre de linaje mas bajo que ella, se enojo tanto que a los tres día murió. Un día después de su muerte apareció el gigante Malambruno, primo hermano de la madre de Antonomasia, en un caballo de madera y para vengarse de la muerte de su prima convirtió a Antonomasia y a Don Clavijo en estatuas de diversos metales. Y para culminar la venganza hizo crecer barbas a todas las doncellas del palacio para vengarse así de la intercesión de la Trifaldi. O algo así le entendí yo la verdad que esta muy complicada toda esta historia. 

capitulos 34- 36

Pero bueno se fueron acercando cada ves mas las carrocerías que vimos, una de ellas era muy extraña, se veía como una silueta rara con la cara desgarrada y cuando se acerco mas decía ser Merlín el encantador,el cual se conmovió al ver a Dulcinea convertida en rústica aldeana y decidió que la única y exclusiva manera de que Dulcinea volviese a tener la misma belleza que antes, yo tendría que darme tres mil trescientas o algo así de azotes en las pasadoras, la verdad que no tengo comentarios con respecto a esto, yo ya había hecho demasiado por mi amo. A demás yo no tenia ningún interes en que Dulcinea volviera a su estado normal. Aun así me dolía un poco ver a mi amo triste por todo lo que le había pasado a Dulcinea, algo de cariño le tengo yo a este señor después de todo, aun así no el suficiente para hacer eso por el, entonces decidí decirle que como era Don Quijote el interesado que se diera el los tres mil no se cuantos azotes. Ademas yo no tenia la culpa de lo que había sufrido la señorita Dulcinea. Después de toda esta discusión y yo ya casi haberme librado de esos azotes, intervino el Duque diciendo que si yo no me daba los azotes por Don Quijote entonces el no debía darme mi ínsula, ahí si se metieron conmigo, y ya tenia que ver con mis cosas. Pero Dios mio no entiendo por que tengo que sufrir y luchar tanto por mi ínsula yo ya he hecho demasiado por mi amo, pero bueno que queda, tampoco iba a perder mi ínsula después de todo lo que ya había hecho por unos cuantos azotes, que después de todo quien sabe, no son nada comparados con todo lo que ya he pasado con mi amo por esa ínsula. Pero bueno al día siguiente decidi ir a buscar a la Duquesa, cuando la encontre le dije que yo ya me habia dado unos cuantos golpes, ya que a pesar de mi insula yo consideraba que era injusto que yo recibiera todos esos azotes. Y aun asi la Duquesa ignoro lo que le dije, y me dijo que tenia que azotarme o no tenia nada a cambio. Ni yo ni Don Quijote, ni Dulcinea. Pense que seria buena idea enseñarle a la Duquesa mi carta, la que le habia escrito a mi esposa contandole todo acerca de que pronto iria a gobernar mi insula. En la tarde estabamos comiendo en el jardin, despues de todo me gustaba estar en este lugar, al menos hay comida. Cuando de repente vimos que se acercaba un obre que se decia llamar Trifaldi o algo asi le entendi. Nos dijo que era el escudero de la condesa Trifaldi y nos dijo que la condesa estaba esperando afuera por que queria hablar con Don Quijote, pero en realidad despues nos dimos cuenta que en relidad era el mayordomo del que se habia hecho pasar por Merlin, el que venia en el carro raro. Aun asi nos convencio, o los convencio a ellos de que la condensa esa Trifaldi estaba afuera y queria hablar con mi amo, entonces ellos dijeron que estaba bien que pasara... 

lunes, 2 de mayo de 2011

Capitulos 32-34

Después del discurso raro de mi amo el cura me pregunto que si yo realmente era Sancho Panza la verdad no entendí la pregunta, o sea yo soy Sancho pero eso es obvio, pero por que no seria yo? Eso que pensé me inspiro un poco y empece a hablarle y contarle de mi, hace mucho no hacia esto, desde hacia días pasaba solo consumido en mis propios pensamientos, se sintió bien hacer esto, al fin alguien me puso atención de nuevo, pero fue aun mas feliz cuando escuche que el Duque me dijo que me daría el la península y todo lo que Don Quijote me había prometido. No pude evitar actuar como lo hice, pero acepto que fue lo mejor que me pudieron haber dicho, era todo lo que yo quería en la vida, era la razón de mis aventuras y mis loqueras con este señor.  Tal ves mi actitud no fue la mejor, tal ves ya se me este pegando un poco la locura de Don Quijote pero la verdad estaba demasiado feliz. La verdad no entendí muy bien si me estaban jugando una broma o que, yo solo no entendía nada no podía mas con mi felicidad. Seguí tan feliz que no me di cuenta de nada solo vi que a Don Quijote se lo llevaron unas duquesas o algo así. Después entendí por que las duquesas volvieron a decirme que ya Don Quijote se había ido a dormir por si yo quería, pero no, yo no tenia ganas de dormir me sentía muy raro, así me quede varias horas hablando con las duquesas acerca de Dulcinea si existía y de las locuras de mi amo. La verdad todo fue muy confuso esa noche no recuero muy bien las cosas. Unos días después el Duque decidió llevar a Don Quijote de montería pero todo fue muy raro, de la nada vimos que venían unas carrocerías muy raras y todo estaba muy oscuro, la verdad me asuste un poco por algunas cosas que el Duque empezó a decir... 

domingo, 3 de abril de 2011

Capitulos 27-31

Cuando vimos que ya estábamos seguros y que nadie mas nos seguía pero lo mejor de todo que ya nadie nos iba a tirar mas piedras, estuvimos tranquilos y empezamos a hablar y tras de todo mi amo se me pone a reclamarme que porque me había ido y entonces yo me enoje y le dije que porque me había dejado atrás con todo lo que yo lo cuidaba, y ahí seguimos, la verdad ya no valía la pena pelear menos con Don Quijote que según el siempre tenia la razón pero bueno. Luego empezó con una historia que los escuderos siempre defendían  a su amo y que yo debía de haber hecho eso para que luego el saliera a pegarles a todo y salir campeón pero claramente no hubiéramos podido ganar eso de ninguna forma, nos agarraron a pedradas yo no se si no le había quedado claro a Don Quijote eso. Después paramos una alameda para pasar la noche, pero yo ya estaba demasiado cansado de todo esto, no podíamos pasar una bueno noche en estos lugares era demasiado incomodo dormir así y tener que aguantar golpes y cuidarle las espaldas a este señor. Al final de todo tuve una fuerte discusión con mi amo, me trato un poco mal, pero tengo que admitir que no tengo mucho que exigir soy una persona común y corriente he sido un poco afortunada pero es todo. No quiero dar mas detalles de mi pelea con Don Quijote porque no es algo agradable. Asi que me quede con mi amo viendo a ver que mas me esperaba en esta vida, unos días después nos encontramos en el camino con un lago, donde había un barco, como mi amo no podía ver nada sin imaginarse toda una historia invento que tenia que ir a montarse al barco porque lo llevaría donde había un caballero que tenia que salvar. Yo sabia que no tenia que montarse ya que yo había visto que este barco era de unos pescadores pero así de necio es Don Quijote. No quiero ni recordar lo que nos paso, porque me arrepiento cada ves mas de seguir aquí con este señor tan necio. Terminamos en el agua y de todo. Así que nos fuimos y seguimos en nuestro camino hacia Zaragoza. En el camino nos encontramos a un Duque y una Duquesa, ellos reconocieron a Don Quijote ya que habían escuchado de el. Gracias a Dios y gracias de nuevo a la suerte que tengo estos señores nos invitaron a pasar unos días a su castillo, ya que ellos eran lectores de libros de caballería y les había gustado la hablaba que les había dicho Don Quijote. En el camino los duques nos dejaron atrás y se metieron ellos de primeros al castillo, cuando nosotros llegamos por la venta y todo nos trataron super bien, como si fuéramos los mas famosos caballeros, pero en realidad a mi todo esto me parecía un poco raro. Pero no me importo mucho ya que cuando entramos nos invitaron a la cena, y claro la cena siempre era lo mas importante para mi, pero como siempre Don Quijote se puso a pelear a ver quien hacia la mesa por dicha no duraron tanto y nos sentamos a cenar. Después de la cena el cura que nos acompañaba empezó a criticar a Don Quijote rarisimo decía que era loco y yo no se que cosas mas, la verdad no puse mucha atención yo estaba feliz con la cena que me acababa de comer

sábado, 5 de marzo de 2011

Capitulos 25-27

Cuando por fin llegamos a la famosa venta Don Quijote solo quería ir y buscar al hombre que nos había mandando para acá, cuando lo encontró le empezó a contar una de sus locas historias, a mi la verdad que este señor me daba mucha vergüenza cuando se ponía a contar esas cosas así que no preferí irme y dejarlo a el solo hablando. En eso entro un hombre llamado Maese Pedro que parecía igual de loco que mi amo, empezca a gritar que el tenia un mono que adivinaba todo lo que le iba a pasar y cosas así. En eso me asuste un montón, porque el señor empezó a decir que nosotros eramos Don Quijote y Sancho Panza, empezó a hablar de nuestras vidas, de cosas que habíamos hecho, de mi esposa, por Dios de mi esposa, en ese instante me callo un poco bien pero me molesto un poco que pudiera saber lo que hacia mi esposa, quien era este hombre? Yo que se pero me confundió demasiado. Después este señor Maese Pedro se puso a hacer una obra o algo por el estilo donde  representaba a Don Gaiferos liberando a su esposa, Melisendra. En eso Don Quijote se metió a despedasarle los muñecos con los que estaba haciendo la obra porque quería ayudarlos a escapar yo no se, este par de locos señores. Yo me lleve a mi amo y nos fuimos a dormir por ahí, en las misma incomodidades que yo tenia que pasar con este señor. A la mañana siguiente el señor este Maese Pedro ya no estaba, por la venta. Después de eso me di cuenta que en realidad Maese Pedro era Ginés de Pasamonte uno de los galeotes a los que Don Quijote había liberado aquella ves. Lo que el hacia era que andaba de pueblo en pueblo ganando dinero, fingiendo que el mono le predecía todo y que era sabio. Pero en realidad lo que hacia era que en cada pueblo se ponía a averiguar cosas antes de entrar. Y en ese momento el había reconocido a Don Quijote antes de entrar por eso pudo decir todo lo que dijo. No se ni como pero Don Quijote se entero de todo eso mientras yo dormía un poco mas en la mañana.  En eso nos fuimos ala venta, mi amo volvió y venia muy enfadado quien sabe que había pasado mientras yo dormía ya que estaba tan enojado que quería dejarlo todo, pero yo lo convencí que no lo hiciera.  En eso estos de este pueblo pensaron que yo lo estaba tomando en contra de ellos o saber que, que nos empezaron a agarrar a pedradas a mi amo y ami. Dios mio las cosas que me pasan cada día, las cosas que me tengo que aguantar por este señor y mi familia. 

sábado, 26 de febrero de 2011

22-24

Bueno otros días mas, sigo aquí con mi amo, aguantando todas las loqueras que se le ocurra, han pasado varios días y no he escrito en mi diario, ya que nos quedamos varios días en la casa de Basilio y yo andaba en otras. Aunque esto de andarnos quedando en casa me esta gustando, ya que es mas cómodo que andar durmiendo por ahí. Ahora íbamos de camino con el primo de un estudiante que leía libros de caballería, lo que ne faltaba me encontré con otro loco, pero bueno yo me iba riendo de lo que decían y la estaba pasando bien. Al día siguiente llegamos a la cueva de Montesinos, empezamos a amarrar a Don Quijote para poder bajarlo y que no le pasara nada, yo la verdad que estos días me siento como muy distraído no paro de pensar en mi vida, en que ando haciendo aquí, si en realidad si valdría la pena pasar todo esto con mi amo o si debía volver con mi familia, estoy muy confundido, no entiendo bien que es lo que quiero, siento que pasar tantos días de comodidad en varias casas y lugares me hace querer llegar a tener una casa igual de bonita. Obvio que tendría que trabajar y hacer mucho, tal ves si sea mejor aguantarme a Don Quijote, quien sabe, solo espero que todo termine bien. En eso me di cuenta de todo lo que había pasado mientras me consumí en mi pensamiento, Don Quijote había salido dormido, y en eso estaba contando unas historias rarisimas, cosas que para mi se las invento. Luego decía que había tenido un encontró con Montesinos, en la cueva con sus familiares y yo no se que cuentos mas. Luego escuche una historia sobre Dulcinea, yo no estaba entendiendo muy bien lo que se hombre decía pero no pude evitar reírme, claramente era mentira lo que estaba contando. Pero el uso de escusa que supuesta mente yo no conocía ni entendía bien ese mundo, que alguna día llegaría a creer que todo era verdad. Luego por dicha nos retiramos de aquí, aunque yo debería de cuidar mas a mi amo de que no se encuentre con  nadie en el camino. seria una buena idea ir yo antes así, sino se encuentra a nadie no pasaríamos tantas loqueras como lo siguiente. Nos encontramos a un señor y le dijo a Don Quijote que mas adelante habia una vente donde le iban a decir su destino, fuimos directamente ya que Don Quijote quería saber, en el camino se iba diciendo una de sus típicas habladas pero no le puse atención hasta que anocheció y por fin llegamos a la venta. 

sábado, 19 de febrero de 2011

Capitulos del 19-21

Íbamos mi amo y yo en el camino, yo no decía nada ya que estaba muy enojado y triste ya que estábamos cómodos y felices en esa casa con todas las comodidades y comidas y a este señor loco se lo ocurre ir a buscar mas aventura de la que ya hemos tenido. Yo no podía dejar de pensar en eso, en serio habíamos pasado tan cómodos en esa casa que yo simplemente me iba a devolver solo y quedarme ahí, pero yo no podía, jamas, tenia que quedarme acompañando a mi amo, de cierta forma ya le había tomado cariño, después de todo lo que hemos pasado juntos. Yo me metí tanto en mi pensamiento, y en que no quería andar por ahí en el camino que me desconecte completamente de lo que estaba pasando, cuando me di cuenta iban caminando con nosotros dos muchachos, me parecían conocidos pero la verdad no me acordaba de donde los había visto. Iban hablando algo sobre el arte o algo así pero la verdad no quise ponerles atención. Seguí metido en mis pensamientos, quería tanto estar en esa casa. En eso llegamos como a un salón o algo, parecía de música ya que había mucha música, yo no entendía que era lo que estaba pasando pero Don Quijote se negó a entrar a ese lugar de donde venia la música y tuvimos que pasar la noche afuera, para variar. Me costo mucho quedarme dormido, ya que era un poco incomodo después de haber pasado días en una suave cama pero bueno pude descansar. A la mañana siguiente me llegaron unos olores tan ricos, como a comida que no pude evitar despertarme, esperando que fuera Don Quijote con alguno locura de comida de el pero que este ves fuera rica. Lamentablemente no fue así, estaban dentro del salón ese que mi amo no quiso entrar, entonces yo le fui a preguntar que que era lo que pasaba en ese salón y ya me explico que eran unas bodas, no se la verdad no puse mucha atención lo que me importaba era que me diera permiso para entrar y comer un poco, por dicha el salonero también me dejo y pude probar la deliciosa comida. Después de un rato me di cuenta que la boda ya iba a comenzar entonces me fui en busca de mi amo para estar un poco mas enterado de lo que pasaba. En lo que lo encontré iba entrado la novia era Quiteria se veía muy hermosa, hasta Don Quijote lo dijo, aclarando por supuesto que jamas como Dulcinea. En eso entro Brasilio pegando unos gritos y diciendo cosas rarisimas, yo no quería estar ahí, me sentía con cólera de ver tantas cosas raras pasar por mi amo. En eso que volví a ver el muchacho este se había clavado un cuchillo y decía que Quiteria se tenia que casar con el, y no entiendo porque todos aceptaron, y los que se terminaron casando fueron Quiteria y Brasilio, ya que al final lo del cuchillo era una falsa. No se la verdad las cosas de esta gente no me importaban mucho, yo estaba un poco feliz por haber comido tan bien el día de hoy, quería seguir comiendo asi siempre.